Reflexionando...
Se lo asocia al signo zodiacal de
cáncer, podemos verlo en las lunas antes mencionadas. Pero en lo anteriormente
desarrollado podemos ver también la relación con cáncer desde el lugar de
protección. El cangrejo es un animal que tiene un caparazón protector, una coraza
muy dura y protege algo blandito en su interior, esto me hace pensar en la
fragilidad o vulnerabilidad del alma.
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| Imagen de tycsports |
En este momento por motivos
personales me quede sobre todo pensando en que es necesario proteger nuestra
alma de daños innecesarios. No significa que seamos mentirosos, sino astutos y
defensores de nuestra esencia primordial porque lo que somos no puede o no debería perderse ante cualquiera,
porque en el fondo somos seres extremadamente vulnerables así como el cangrejo.
No deberíamos sobre exponernos, el mundo esta lleno de peligros y debemos
aprender a movernos en él sabiendo que vamos a saber protegernos. La claridad
de quién soy, qué quiero, qué merezco y quién no quiero ser, quién no puedo ser
frente a determinadas personas, una clara identidad que debe ser protegida de
depredadores. Eso es para mí ahora la carta del carro. Un sano matrimonio entre
ego y espíritu.
Yo soy mi hogar, yo soy ese lugar
de pertenencia que se mueve conmigo hasta encontrar otros fuegos dispuestos a
calentar conmigo las noches oscuras que todos debemos en algún momento
conquistar. Desde esta perspectiva que se muestra en el libro Mujeres que
Corren con los Lobos pude entender mejor la asociación que se establece entre El Carro y el
Signo zodiacal de Cáncer... Quizás alcanzar esa integridad sea la mayor victoria.
“¿Dónde está el hogar?... se
trata en cierto modo de un lugar interior, de un lugar más del tiempo que del
espacio, en el que una mujer se siente entera” Clarissa Pinkola Estés

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