Práctica Marsella
¿Cuál es la mejor forma de afrontar un fracaso?
4 de Copas/ 2 de Oros/ 4 de Oros / La Rueda Fortuna / 5 de Copas
| Imagen extraída de https://www.dailytarotdraw.com/tarot-journal |
Partimos de un anhelo o deseo de querer apostar a un cambio, una modificación de la realidad. La empezamos a planificar y a consolidar. El cuatro de copas sería esa situación segura, estable desde la que comenzamos a en visionar el dos de oros (ese cambio). Al cuatro de oros lo interpreté como algo que tenemos muy claro de cómo queremos que sea, queremos una determinada manera o forma específica sea un proyecto, una relación, u otra situación en la que estamos depositando nuestros recursos y esfuerzo. Pero en la lectura llegamos a la presencia de "La Rueda Fortuna", un arcano mayor que por su jerarquía de rango influye en toda la lectura. Ésta nos habla de que por más que creamos que estamos en control (presencia de los grados 4) o que contamos con cierta estabilidad, por más que aparentemente partimos de una planificación, de contar con los recursos y cierta seguridad emocional para avanzar, en realidad hay factores que escapan de nuestro dominio. Hay fuerzas incidiendo que se nos escapan… el factor del destino. Fuerzas externas, o quizás hasta podrían ser internas pero inconscientes, operando en la situación.
Las cosas pueden cambiar en
cualquier momento, la situación puede avanzar, pasar a otro estadio como
también puede estancarse y diluirse.
El cinco de copas me habla de una nueva emoción, algo que en el cuatro no estaba presente, y que justamente irrumpe con esa estabilidad emocional con la que habíamos comenzado. Se corrió un riesgo, se pasa por una crisis a nivel emocional.
Entonces, básicamente afrontarse a fracasar en un emprendimiento es abrirse a la vulnerabilidad e inestabilidad. Es arriesgarse a exponerse justamente a atravesar "desequilibrios". Pero implica también un ir en busca de una promesa, es apostar por “algo más”. Algo que no tenía, algo que no sentía, algo que me llevaría hacia una aspiración (leyendo el número cinco como ese puente hacia algo que tiene espíritu o alma).
El cinco en las copas, sean estás representantes de personas, afectos o sentimientos, no es lo más cómodo ya que nos mueve hacia algo más amplio que el grupo de pertenencia o el lugar conocido.
Si tomamos en cuenta la interpretación RWS, en la imagen se alude a que nos
enfrentamos a una pérdida. Entonces la inestabilidad emocional podría ganarnos la
partida y hacer tambalear nuestra seguridad, o sensación de bienestar (esa de la que partíamos o veíamos al comienzo de la lectura).
¿Qué nos puede ayudar de este mensaje?
Pensar que en los momentos en que nos enfrentamos a un fracaso debemos quizás volver a encontrar personas que nos contengan, buscar regresar al 4 de copas durante estás etapas en las que las cosas se movilizan. Y estar dispuestos a pasar por la incomodidad de lo que nos saca de la zona cómoda porque se nos va a escapar el control emocional.
Darnos tiempo para volver a reencontrar nuevos ideales que perseguir.
Aceptar que hay cosas que no pueden continuar y confiar en que por algo eso no se da. Me voy a apotar en la imagen del Rider Wite, en que la persona le da la espalda a las copas que quedan en pie, así que en esos momentos es importante poder apreciar qué queda en pie. No todo está perdido, es un cinco, estamos en la mitad del camino de las copas, no volvimos al cero. De hecho evolutivamente es necesario dar esos pasos, y correr esos riesgos. Nadie nos asegura que la experiencia va a ser agradable, pero sí se nos asegura el movimiento.
Quizás el sacudón, esa agitación lo que propone es tener que re plantearnos la estrategia, los métodos, los ideales y la realidad que pone en juego en primer plano en cuenta lo posible y lo no posible.
Pero sobretodo mientras voy reflexionando en la lectura, creo que lo que puede ayudarnos a atravesar esos momentos es estar abiertos y dispuestos a la incertidumbre, y aceptar que los caminos que se cierran no son. En esas etapas lo mejor es repetir como mantra “estoy dónde tengo que estar”, o “no, esto no podría haber salido de otra manera” aunque duela.
Qué respuesta vamos dar cuando la vida nos tambalee? qué recursos podemos encontrar? Pregúntate en quiénes me voy a refugiar, dónde voy a encontrar consuelo está vez. Por ahí es sólo barajar el fracaso como una posibilidad más entre los escenarios felices que te imaginaste. Con qué me puedo quedar?? Cómo me voy a sostener durante la inestabilidad y el agite? Me voy a paralizar? voy a volver a intentar? voy a renunciar y reorientar?
Quizás no importa tanto el resultado de lo que hagamos, sino lo que hacemos mientras buscamos el lugar al cual queremos llegar. Y saber que siempre hay otro lugar al cual vamos a llegar (si no es el que pensabas, será otro, pero definitivamente sí hay otro lugar), porque el deseo es el motor de la vida. Así que aprendamos a fracasar y nunca renunciemos a desear.
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