Al estudiar este arcano lo vemos asociado al signo de Capricornio, un signo que tiene que ver con el esfuerzo, con el trabajo, las pruebas duras, con la superación, los límites y la disciplina. Cuando empecé a investigar sobre este arcano me pregunté por qué se asocia a Capricornio con él? Lo capricorniano tiene que ver con la materia, con la manifestación, concretizar algo y ahí ya empieza a tener un poquito más de sentido. Es que lo mundano es territorio del Diablo como veíamos en el segmento anterior.
Pablo Robledo tiene un esquema en el que entiende al Tarot como si fuera un video juego, divide los arcanos en etapas, el Diablo abriría la posibilidad de entrar en la última etapa. Sería así una prueba más que nos permitiría seguir avanzando en este juego evolutivo. Si lo pensamos así y lo asociamos con la visión de Crowley donde el Diablo es simbolizado como un gran falo, es decir, es el que nos permite penetrar el mundo, entrar en la matrix, desde esta perspectiva el Diablo deja de ser una entidad para ser una especie de portal. Tomando sus aspectos más luminosos creativo, ambicioso en la búsqueda de placer, habilitador y divertido, esa parte que te nos permite experimentar. ¿Y cómo conocernos a nosotros mismos si no experimentamos? Algo rebelde, pícaro y desinhibido, no lleva más allá de los limites quizás para crear y manifestar algo diferente. Tiene que ver con la forma en que experimentamos lo mundano? Los peligros de la materia? Lo cierto es que el Diablo activa algo en nosotros, solamente por desafiarnos. El Diablo es un potencial? Es una posibilidad? Un demonio? Un hecho? Una acción? Una fuerza interna?
En
algún punto me lo figuro como una telaraña, una red que puede atraparme en el
juego de la dualidad, en la ambición, en la deshonestidad, en la codicia, en
los vicios (en cualquiera de sus disfraces), así como también puedo ser quien
teje esa tela en mis ganas de venganza, en mis miedos, en todo lo que destruya
mi experiencia o la de otros. Sea yo el tirano o la víctima en alguna
circunstancia, dejar que mis propios demonios generen escenarios en los que
vivo atrapado, ya sea en un disfrute temporal, ya sea creando mi propio
infierno con adicciones o en relaciones tóxicas. Toda experiencia que me haga
no disfrutar del regalo más lindo que es La Vida. Y así yo soy El Diablo.
¿Será
que la instancia Diablo en el Tarot tiene que ver con una prueba del buen uso
del fuego sagrado en la tierra?
Revisemos
ahora sus nombres, como Lucifer cuyo significado es portador de luz, también llamado
“estrella de la mañana”. En el libro Revelaciones se dice que la estrella de la
mañana (Venus) le será entregada a todo aquel que logré la superación del
mundo.
En
su nombre como Satanás podríamos encontrarlo en el judaísmo no como un
personaje o entidad, sino como una metáfora. Se lo ve también en esta misma religión como el guardián
de la entrada.
Indagando
alguno de sus distintos nombres encontré Abaddón que significa lugar de
destrucción, ángel del abismo, o destructor.
Belcebú
“el señor de las moscas”, para los cristianos Príncipe de los demonios (algunos
sostienen que es el mismo Satanás, y otros que son demonios diferentes). En
todo caso lo tome para pensar en aquel que ronda lo podrido.
Por otra parte la palabra Diablo del latín Diabolos, para el judaísmo sería traducción de “el acusador”. Nuevamente como revelador, y por último el Diablo es también conocido como el anti Cristo, el adversario.
En la literatura aparece como una metáfora, como un demonio, como un ángel caído, como un ángel que sigue respondiendo a Dios, como una manifestación de un poder interno que tenemos todos.. mi sombra, mi capacidad de vender mi alma... mi capacidad de no tener alma. Me gusto empezar a investigar este arcano en profundidad y salir de las acepciones más conocidas como figura depositaria de la maldad, para pasar a verlo como portal, como prueba o instancia. No niego su existencia, es que El Diablo existe y lo alimentamos entre todos. La dimensión del diablo que habito, habilito y me habita mientras estoy en esta tercera dimensión. Quizás sea el dominar toda esta experiencia lo que permita la elevación, la expansión de consciencia, esa verdadera alquimia de la que hablaban los antiguos "transformar el plomo en oro". Será esa la recompensa después del XV, lo que nos permitirá acceder luego a La Estrella?? Quizás conocer al Diablo es recuperar un pedacito de consciencia en la oscuridad de mis patrones o de lo que creamos como humanos mientras habitamos en la tierra.
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